Hay piezas que son agradecidas, de documentar digo, porque otras hay que visualmente pueden ser inmensas, sobre todo de tamaño, pero no dan juego, no hay forma humana de llevar a imagen o por lo menos como uno quisiera, el perfeccionismo es maldición.
Otras son menos aparentes, pero no se engañen, mucho más sutiles y juguetonas con el contexto. Simplicidad, pequeños detalles, perfección, calidez a escala humana. Súmenle la vida que se desarrolla alrededor, la de las calles donde vive gente, la de los otros habitantes que comparten la ciudad con nosotros, entonces tienen las piezas que se incrustan en la propia médula de las calles. Esas son las buenas. Las que tienes que pensar que había antes ahí.
Muy fan de cómo consigue E1000 integrar sus obras con el entorno, aprovechando cada resquicio, inyectando geometría y color sin destruir el carácter de los lugares sin nombre, belleza de lo vivido, contraste brutal con el cartón piedra, ya saben.
Momento lúdico observar a los palomos a un lado y a otro, territorialidad sobre paredes intervenidas, sobre paredes de color. Inquietud aviar sobre paleta cálida. Estas son las fotos de la pieza de E1000 en el barrio del Oeste, Salamanca, que no se lo he dicho, en el lugar donde viven las palomas:
Más en mi flickr: http://www.flickr.com/search/?w=72764087@N00&q=palomas%20y%20paredes
Nos vemos por las calles!
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