Lisboa lo tiene todo: unas gentes encantadoras; una ciudad que desborda pasado histórico y donde conviven en realimentación culturas, pueblos y continentes; pura mixtura de África, Brazil y Mediterráneo; vida en la calle y sabiduría popular junto a arquitecturas futuristas y modernos fashion victims; detalles de encantadora decadencia junto a decadencia vendida como modernidad. Todo en una ciudad a escala humana, donde puedes conocer al vecino y hacer vida de barrio.
Si a eso le sumas que es una de las capitales europeas del arte urbano, no sólo tolerado, sino impulsado desde la propia Cámara Municipal (Departamento de Patrimonio Cultural…) entonces tienes la mezcla justa para que uno quiera ser Lisboeta de adopción en el exilio.
Lo que sigue es la primera parte de una selección del inventario fotográfico del arte urbano y el graffiti lisboeta que se obtiene como resultado de patear convenientemente el Bairro Alto, la Alfama, Os Anjos, Amoreiras, la Baixa, Graça, siempre intentando capturar la luz, porque la ciudad ya nos ha capturado.
Será este o lugar?
Há cores onde a lua se esconde.
Será este o lugar?
Janelas onde o tempo descansa.
Será este o lugar?
Se a luz desta cidade
Me alcança?
Lisboa Que Me Encontra – Tiago Bettencourt
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