Abrigados

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Tenía pensado otro post, pero me gustan demasiado las fotos de los árboles abrigados de Teje la Araña en Santa Isabel para no dedicarles un espacio aquí.

En la diversidad de materiales, técnicas y texturas está la diversión. En el intercambio de materiales y propósitos establecidos se encuentra la sorpresa. Y precisamente sorpresa es lo que se desencadena cuando en una calle cualquiera, en un invierno polar, los paseantes se encuentran con unos comunes arbolitos recubiertos son una amorosa y calentita capa de lana tejida.

Y es entonces, cuando junto a la sorpresa y a la incredulidad, al frotar de ojos y a la aparición de la sonrisa inmediata, se le suma un incontrolable deseo de tocar, de pasar las manos por la corteza de lana, para asegurarse de que es cierto, que los árboles han amanecido con abriguitos de lana, de lana de colorines.

Y súbitamente vuelven recuerdos de nuestras abuelas tejiendo fundas de lana para todo lo habido y por haber.

Asombrosa la capacidad de los pequeños detalles para alegrarle a uno el día e invocar recuerdos lejanos.